Lo que comenzó como una planta de producción de refrigeradores, hoy es uno de los centros más importantes para Samsung en el mundo.
“La fábrica de Querétaro no es solo un centro de producción, sino un símbolo del compromiso de Samsung con la innovación”, señaló Byong Jin Kong, presidente de la división de producción de Samsung Electronics Mexico Production (SEM-P), quien celebró que este centro recibió a un grupo visitantes de prensa por primera vez desde que comenzó operaciones en 2003.
Inicialmente, en este lugar solo se iban a producir refrigeradores, pero con el tiempo se añadieron lavadoras y secadoras, por lo que la planta pasó a ser única en su tipo en América y una de las más importantes en el mundo.
Ahí se producen más de 16,000 productos a diario y entrega aproximadamente 4 millones de unidades al año, de las cuales el 20% están destinadas para cubrir la demanda en México, el 80% restante se exporta al resto de Norteamérica y Latinoamérica.
A la distancia se distingue la planta gracias al gran letrero de la marca sobre el fondo blanco de una de sus naves y una nube de vapor que emana de otra. Al llegar a la entrada principal, una descubre que la fábrica no solo alberga oficinas y líneas de producción. Para dar la bienvenida hay un showroom en el que se exhiben algunos de los electrodomésticos que ahí se producen, unos siete refrigeradores, lavadoras y secadoras de sus últimas líneas.
También hay un cine en el que organizan tardes de películas para los trabajadores y sus familias o se ocupa como foro para charlas. A un lado está el comedor donde diariamente se surten aproximadamente 2,800 comidas y, por supuesto, hay platillos coreanos.
En estas zonas se nota que el edificio lleva operando 15 años, lo delatan los colores en los muros, el plafón cuadriculado y el piso pasado de moda, pero en la línea de ensamblaje la historia es otra.
El orgullo de la compañía es la optimización de sus procesos y su foco en la producción de “alta tecnología”. “La unidad (de Querétaro) juega un papel crucial en el objetivo de Samsung de democratizar la inteligencia artificial con IA para todos”, apuntó Jin Kong.
Recién se cruzan los arcos hacia las naves de producción, el ruido de la maquinaria inunda el lugar, se ve a los brazos mecánicos alzar de forma sincronizada cascarones metálicos que se convertirán en electrodomésticos. Los empleados están uniformados y algunos portan trajes especiales para la estática, pero como visitante no se requiere más que seguir las instrucciones de seguridad.
(Foto: Cortesía)
Hacia donde se voltee hay bandas transportadoras. Llevan el esqueleto de los artículos, los unen a los cuerpos mecánicos, si es necesario las partes se sueldan pero hay otras que entran a presión.
Por los pasillos circulan robots de distintos tamaños que trasladan piezas de un lado a otro, a éstos los acompaña una melodía para que los empleados -y descuidados ajenos al espacio- los escuchen y abran paso; pero si no sucede, no atropellan, se detienen frente al obstáculo y no dejan de sonar hasta llamar su atención.
Para aumentar su producción, en la planta se han sustituido labores humanas con vehículos guiados automáticamente (AGV), robots industriales de alta precisión y herramientas de control de calidad, como cámaras que ayudan a corregir la posición de las piezas, identificar materiales, colores, e incluso un cuarto dotado de IA que toma lectura del ruido que hacen las lavadoras.
En el caso de los refrigeradores, más del 50% de la línea está automatizada, mientras que para las lavadoras y secadoras está por encima del 40%.
(Foto: Cortesía)
Además, hay un enfoque de fabricación de electrodomésticos eficientes e inteligentes, es decir que las máquinas ya dotadas de IA para sus funciones fabrican aparatos también con estos principios. Los refrigeradores, por ejemplo, utilizan paneles aislantes al vacío, que han mejorado su eficiencia energética en aproximadamente un 20%.
Otra forma de combinar la tecnología con la optimización energética es la conectividad de los electrodomésticos a la plataforma SmartThings, que es la app de la compañía que permite controlarlos desde el celular. La mayoría de los productos fabricados en Querétaro cuentan con esta tecnología.
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Pero los humanos siguen ahí. Samsung afirma que aunque las máquinas han crecido en presencia, las personas no pierden sus empleos, sino que los capacitan para hacer otras labores donde la exigencia física es menor.
Aunque las personas ya no cargan grandes láminas cumplen con otras funciones, como revisiones, pruebas de calidad y lectura de la información que las máquinas entregan, con ello saben si un refrigerador enfría correctamente, si las lavadoras reciben el agua de manera como deberían y si las secadoras cumplen con sus ciclos.
(Foto: Cortesía)
Algunos de estos trabajadores han hecho carrera en Samsung, en el área de lavadoras y secadoras. Uno de ellos es Juan Adolfo Nava Botello, director de operaciones de REF y WM en la planta, quien comenta que comenzó a trabajar ahí en 2002, antes de la entrada en operaciones, cuando inició como técnico y ha logrado ascender hasta su puesto actual.
“La verdad es que me considero un caso de éxito dentro de la compañía”, comentó mientras avanzamos por los pasillos en los que se arman algunas unidades.
La fábrica alberga a más de 3,000 empleados, quienes -a decir de Samsung- se capacitan constantemente para eficientizar los procesos de producción y mejorar su calidad de vida profesional y personal a través de más de 40,000 cursos.
Aunque durante el recorrido Samsung aseguró que se ha hecho gran inversión en mecanizar los espacios y dar bienestar a sus empleados, al cuestionar sobre cifras exactas de inversión y sueldos, no hay respuesta concreta.
(Foto: Cortesía)
En lo que sí se ahondó es que actualmente todos los materiales de desecho de la producción se reutilizan, ya sea propiamente basura o algún envoltorio dañado en el proceso.
El área dedicada a ello, denominada Green Center, se encarga de recoger y separar los residuos y enviarlos para ser reciclados a diferentes proveedores, en función de la propiedad de cada material. La mayor parte de estos residuos como cartones, cobres y planchas metálicas se destinan a su reutilización fuera de la fábrica. Otros materiales, como los plásticos procedentes de la fábrica de inyección, se trituran para ser reutilizados en la fabricación de componentes plásticos y se someten a rigurosas evaluaciones de calidad.
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