El consumo de agua promedio diario de los mexicanos es superior al de España y Noruega, debido a la creciente demanda de la población y de los principales económicos.
En un planeta finito donde cada vez se va mermando la buena calidad de la tierra, el agua y el aire, el cuidar los recursos naturales para la sobrevivencia de las futuras generaciones se vuelve necesario. Por ejemplo, el agua potable en la tierra representa sólo el 0.01% del total de agua en el planeta y esa pequeña parte es la base para la vida, la salud, el crecimiento económico y la sostenibilidad del medio ambiente.
Según datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para el 2030 se espera que el uso del agua aumente en un 40% gracias a una combinación de factores como el cambio climático, la acción humana y el crecimiento demográfico, aunque hoy en día ya es excesivo en algunas ciudades.
“El agua es una de las piedras angulares sobre las que se asienta nuestro futuro compartido. Los ríos, lagos y humedales saludables son esenciales para la seguridad hídrica y alimentaria, la adaptación al cambio climático y el mantenimiento de la biodiversidad, pero también brindan valores culturales y espirituales invaluables que son vitales para el bienestar de las personas en todo el mundo”.”, dijo la Dra. Kirsten Schuijt, Directora General del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) Internacional .
El estrés hídrico del mundo cada vez será más severo, pues actualmente el 36% de la población global sufre de esta condición, principalmente los países menos desarrollados. Sin embargo, los países que consumen más agua por persona son: Estados Unidos, con 575 litros anuales por persona; Australia, consume 493 litros; Italia, utiliza 386 litros; mientras que Japón y México se posicionan con 374 y 366 litros anuales per cápita, respectivamente.
Por ejemplo, el consumo promedio de agua al día en la CDMX es de 366 litros diarios por persona, siendo el consumo residencial el más elevado con 567 litros en promedio por habitante al día, según datos de la ONU. También el reporte en el Valle de México, Río de Janeiro (Brasil), Buenos Aires (Argentina), Bucarest (Rumania), Sofía (Bulgaria) y Nairobi (Kenya), aproximadamente la mitad del agua se desperdicia. Cada día, alrededor de 30 millones de metros cúbicos no se facturan por causa de robo, medición inadecuada y corrupción.
“Estos problemas pueden ser estimados en un costo de 141,000 millones de dólares al año en todo el mundo y una tercera parte de estos casos ocurren en países en desarrollo, donde cerca de 45 millones de metros cúbicos se desperdician diariamente en las redes de distribución. La cantidad de agua desperdiciada podría abastecer a cerca de 200 millones de personas”, indicó el reporte de la ONU-Habitat.
La ONU señala que el ordenamiento del territorio debe incorporar el ciclo del agua, el suministro actual y futuro y la demanda, como motor dinamizador. La planificación sensible al agua debe promover la reducción en el consumo, facilitar la reutilización segura, y el aprovechamiento de la mayor cantidad de opciones posibles de suministro de agua, así como permitir la combinación de sistemas centralizados y descentralizados.
Otras de las alternativas que propone la ONU es que las grandes urbes tengan áreas de captación y almacenamiento de agua para favorecer la retención de agua y se podrá recargar los mantos acuíferos. Además también la reutilización de aguas residuales puede generar ahorros significativos con cisternas de reciclado para utilizar en el riego de plantas e inodoros.
Por su parte, la WWF recalca que la relación de los gobiernos, las empresas y las instituciones financieras tiene que ser muy estrecha para que aumenten urgentemente la inversión en infraestructura hídrica sostenible. Sin embargo, advierte de que el pensamiento obsoleto, que se centra únicamente en más infraestructura construida e ignora la fuente del problema: ríos, lagos, humedales y acuíferos degradados, no resolverá la crisis del agua, especialmente en la era de la alteración climática.