La transición hacia las energías limpias ha reestructurado el modelo de negocio de las firmas petroleras, que se han sumado al objetivo global de lograr cero emisiones para 2050.
Las operaciones de energía relacionadas con el sector petrolero producen cerca del 15% de las emisiones totales a nivel mundial, lo que equivale a 5,100 millones de toneladas al año, según datos de la Agencia Internacional de Energía (AIE). Por ello, como parte de los esfuerzos del sector, las empresas petroleras se han sumado a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para poder llegar a la meta de cero emisiones para 2050.
La AIE publicó el análisis ‘Escenario de Compromisos Anunciados’ (APS, por sus siglas en inglés), el cual explora los diferentes escenarios del sector petrolero en el mundo real para que los encargados de generar políticas energéticas, climáticas e industriales tengan un punto de partida para impulsar la electrificación limpia, las mejoras en la eficiencia y el cambio a combustibles con más bajas o cero emisiones de carbono.
La agencia ha establecido que para el 2030 la meta sea reducir cerca del 60% sus emisiones de carbono (CO2) en las empresas que conforman el sector petrolero, el cual estará sujeto a los avances que se tengan en la producción de energías renovables y mejoramiento tecnológico para eficientar la materia prima en el uso doméstico, industrial y de transporte.
“Los combustibles fósiles como el petróleo y el gas natural seguirán representando una parte importante de la combinación energética en 2050, en parte debido a cómo combinan asequibilidad y seguridad de suministro. No obstante, creemos que las compañías de petróleo y gas están bien posicionadas para desempeñar un papel significativo en la transición energética. Entre las razones de ello se incluyen su escala global, el apetito de riesgo de sus inversores, sus grandes balances y posiciones de efectivo, y sus relaciones de larga data con los clientes y las partes interesadas del sector energético”, indicó un reporte de Mckinsey & Company.
Las emisiones mundiales de CO2 alcanzarán una cifra récord en 2024
A medida que aumentan las emisiones, el mundo se aleja de la posibilidad de evitar fenómenos climáticos extremos más destructivos.
Aunque la AIE tiene objetivos generales, cada empresa tienen sus propias metas; sin embargo las que más se alinean con la AIE para el cierre de la década son: Shell y BP, cuyo objetivo es reducir sus emisiones en un 50%; TotalEnergies, en 40%; Eni, en 35%; Repsol en 28%; y Saudi Aramco en 24%.
“Shell ha identificado el cambio climático y la transición energética asociada como un riesgo importante. El riesgo podría derivar en cambios en la demanda de nuestros productos, nuestros costos operativos, las cadenas de suministro, los mercados, el entorno regulatorio, nuestra licencia para operar y litigios”, señaló la empresa en su reporte financiero de 2023.
Sin embargo, todo cambio requiere una inversión. Según la AIE, para reducir a la mitad la intensidad de las emisiones de las operaciones de petróleo y gas a nivel mundial para 2030, se necesitarán inversiones iniciales por un total de 600,000 millones de dólares, es decir, cerca del 15% de los ingresos netos que generaron los productores de petróleo y gas en 2022.
La misma agencia recalca que para que estas inversiones sean efectivas, los objetivos de reducción de carbono de las empresas deben estar enfocados en actividades como la generación de energía en alta mar, la recarga de vehículos eléctricos (VE) y la producción y el desarrollo de hidrógeno.
La petrolera española Repsol, por ejemplo, ha destinado más del 35% de su inversión neta de 2024 a 2027 a iniciativas bajas en carbono, con el objetivo de aumentar la producción de combustibles renovables, hidrógeno y biomateriales; además de poder acelerar el desarrollo orgánico de una cartera de proyectos de generación de energía renovable.
“Confiamos en que esta actualización estratégica nos permitirá seguir sirviendo a los intereses de nuestros accionistas, y suministrando energía segura, asequible y cada vez más descarbonizada para nuestros clientes y el planeta”, mencionó en su reporte de sostenibilidad, Josu Jon Imaz, consejero delegado de Repsol.
México puede llegar a cero emisiones netas para 2060
México tiene la posibilidad de ser net zero en 35 años si a partir de este momento se aplican las políticas públicas y las inversiones correctas, señala Iniciativa Climática México.
En México, los objetivos para 2030 que se ha propuesto Pemex han sido de reducir la intensidad de las emisiones (Alcance 1) de gas de efecto invernadero (GEI) en un 61% para exploración y producción; un 40% en refinerías y 60% en procesamiento de gas.
La empresa cuenta con un Plan de Sostenibilidad, en el que destaca sus principales proyectos de negocio de bajo carbono para el periodo de 2025 a 2029 en los segmentos de compensación de emisiones propias de operaciones, desarrollo de captura y almacenamiento de carbono, proyecto piloto de hidrógeno (H2) azul/verde en Deer Park, además de la optimización de portafolio cogeneración de energía verde.
Los analistas de Mckinsey & Company explican que la historia ha demostrado que las inversiones tempranas en energías renovables suelen dar frutos. Sin embargo, señalan que la magnitud de estas inversiones exige que los actores se aseguren de que los proyectos se mantengan en los plazos previstos y con costes optimizados. Además, argumentan que la falta de materiales y las cadenas de suministro presionadas pueden crear un desafío adicional para el desarrollo de proyectos.
“El aumento de las inversiones en tecnologías limpias y renovables es una prueba contundente de que los mercados energéticos seguirán cambiando rápidamente. Para mantenerse a la vanguardia de la cadena de valor de la energía, los actores del sector del petróleo y el gas tendrán que ser reflexivos, estratégicos y deliberados a la hora de aprovechar sus puntos fuertes. No hay tiempo que perder; la industria no puede darse el lujo de esperar a ver qué sucede”, recalcaron en su reporte.