La defensa de los refugiados y de las personas en movilidad fue una de las marcas del pontificado del primer papa latinoamericano.
El papa Francisco eligió un lugar estratégico para su primer viaje fuera del Vaticano. Realizó una misa en la isla de Lampedusa, el epicentro de la crisis migratoria de Europa. Allí denunció la “globalización de la indiferencia” e instó al mundo a no apartar hacia otro lado del sufrimiento humano. Desde un barco, lanzó una ofrenda floral al mar Mediterráneo para recordar a los migrantes muertos en sus aguas.
Este viaje fue el inicio de algo que marcaría sus 12 años de papado: poner a la migración en el centro de su agenda. Jorge Mario Bergoglio, hijo de dos inmigrantes italianos, abogó por proteger los derechos de todos las personas que tuvieron que abandonar sus lugares de origen, especialmente de aquellos que huyen del conflicto y la pobreza.
“A lo largo de su papado, el papa Francisco llamó la atención global sobre la cara humana de la migración e instó constantemente a la compasión, la solidaridad y la responsabilidad compartida”, indicó la Organización Internacional para la Migración (OIM) en un comunicado tras la muerte del pontífice.
El papa advirtió en varias ocasiones que el maltrato a los migrantes y refugiados era el resultado de una “tendencia al marcado individualismo” y de una decadencia moral en los países de mayores ingresos económicos.
México
La influencia del papa el tema migratorio llegó inclusó al deporte. Francisco inspiró al presidente saliente del Comité Olímpico Internacional, Thomas Bach, para crear el equipo Olímpico de Refugiados, según explicó el dirigente alemán en su homenaje póstumo.
“Su poderosa voz en apoyo de los refugiados es un ejemplo brillante de su compromiso, y me inspiró para crear el primer equipo Olímpico de Refugiados en Rio-2016”, confesó Bach en un comunicado.
“Él siguió y apoyó con generosidad esta iniciativa a lo largo de tres ediciones de los Juegos Olímpicos, alentando su crecimiento y su impacto”, agregó.
Bach destacó asimismo el “apoyo inquebrantable” del papa Francisco: “Con el fallecimiento de su Santidad el papa Francisco perdemos a un gran amigo y a un defensor del Movimiento Olímpico. Su apoyo para la misión de paz y de solidaridad de los Juegos Olímpicos y a las muchas iniciativas del COI en favor de los refugiados fue inquebrantable”.