México se presenta a la COP29 con el objetivo de definir un plan claro hacia la neutralidad de carbono y asegurar que sus acciones climáticas estén alineadas con las metas globales.
La Conferencia de las Partes (COP29), la cumbre anual de la ONU sobre el cambio climático, inició este lunes en Bakú, Azerbaiyán y México asistirá en un momento crucial para su política climática.
En esta cumbre, se espera que México, que es el segundo emisor de gases de efecto invernadero en América Latinade, muestre avances claros hacia la neutralidad de carbono para 2050, una meta establecida en el marco del Acuerdo de París. Sin embargo, expertos señalan que el país aún necesita definir un plan más detallado para alcanzar sus objetivos climáticos de largo plazo.
Según Adrián Fernández, director ejecutivo de Iniciativa Climática México (ICM), para que México logre “mayor ambición en la implementación de acciones de mitigación y adaptación,” es fundamental que se concreten acuerdos de financiamiento climático, que es crucial para complementar los recursos públicos asignados a iniciativas contra el cambio climático.
Uno de los objetivos de la COP29 es precisamente lograr un nuevo acuerdo de financiamiento climático; es decir, la cantidad que se deberá destinar a las naciones menos desarrolladas para ayudarles a mitigar sus emisiones. La meta es ambiciosa: se busca un acuerdo de un billón de dólares. Además del monto, se deberá asignar a los países que tendrán que aportar ese dinero.
Pero no todo depende de lo que hagan otras naciones, México tendrá que presentar un objetivo más ambicioso y su plan para lograrlo, para ello será clave la política energética presentada por la nueva administración de Claudia Sheimbaum.
La nueva meta de financiamiento climático, el principal reto de la COP29
En la COP29 se espera que los países establezcan una nueva meta de financiamiento climático, aunque las divisiones sobre su tamaño y alcance han frustrado las negociaciones.
Mariana Gutiérrez, gerente de Política y Transparencia Climática de ICM, explicó que en la COP28 se reconoció la “insuficiencia de los esfuerzos para alcanzar los objetivos” de mitigación y adaptación. Además, se identificó un “distanciamiento entre la política energética y la agenda climática”, dado que el sector energético sigue siendo responsable de aproximadamente el 75% de las emisiones globales. Esta desconexión destaca la urgencia de transitar rápidamente hacia energías renovables y alejarse de los combustibles fósiles, un compromiso que México debe reforzar en la COP29.
México es uno de los pocos países del G20 que aún debe “dar claridad de cómo va a cumplir esa meta del 2050” para la neutralidad de carbono, explicó Luisa Sierra, directora ejecutiva del Instituto de Desarrollo, Energía y Ambiente. Aunque México ya presentó su compromiso de emisiones netas cero en 2050, Sierra destaca que aún es necesario precisar las estrategias y medidas para alcanzar esta meta. La hoja de ruta actual de México, que incluye 139 medidas de reducción, se centra en sectores clave como el transporte, la electricidad y la eficiencia energética.
Otro reto que enfrenta México es la necesidad de incrementar la ambición en sus próximas Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC), que son las reducciones previstas de las emisiones de gases de efecto invernadero, una actualización que corresponde a la nueva administración en 2025. Este proceso de revisión de las NDC es una oportunidad para que el país mejore su compromiso climático. Como explica Sierra, al actualizar una NDC, el país debe cumplir con el principio de progresividad, lo que implica presentar una meta de reducción de emisiones más ambiciosa cada cinco años. De acuerdo con Sierra, México podría alcanzar hasta un 47% de reducción de emisiones en un escenario condicionado, es decir, si recibe asistencia técnica, financiamiento y transferencia de tecnología.
Tres datos para mantener la esperanza antes de la COP29
Los esfuerzos en la lucha contra el cambio climático no son en vano y ya hay algunos avances que dan esperanza.
Para lograrlo, el país tiene que acelerar la penetración de energía renovable. “De acuerdo a nuestras estimaciones, necesitamos llegar al menos al 2030 a tener 44 gigas de capacidad de energía renovable, es decir, de capacidad eólica y de capacidad solar, a gran escala”, comentó Sierra. También se requiere la salida justa, progresiva del uso del carbón y del combustible de la matriz energética. Como tercer punto, explicó la especialista, la fractura hidráulica no puede tener cabida en el país, y por último, debe limitarse el uso y la dependencia al gas natural.
“Hoy sabemos que para evitar que la temperatura global promedio supere los 1.5°C respecto a niveles históricos, necesitamos alcanzar la neutralidad de emisiones para 2050. El gas natural no puede considerarse un combustible de transición y debe usarse para lo mínimo indispensable, priorizando el uso de energía renovable”, señala Fernández.
Las personas especialistas señalan que el proyecto de Nación 2024-2030 de Claudia Sheimbaum ya incluye varias de estas medidas, y que también hace falta reforzar y ampliar las redes de transmisión y distribución. “Más o menos necesitamos añadir al menos 28,138 kilómetros en términos de transmisión”, dijo Sierra.
Así, México llega a la COP29 con una responsabilidad doble: definir un plan claro y realista hacia la neutralidad de carbono y asegurar que sus acciones climáticas estén alineadas con las metas globales de mitigación y adaptación. Para ello, la eliminación gradual de los combustibles fósiles y la transparencia en la implementación de sus compromisos serán elementos fundamentales que definirán el papel del país en la lucha contra el cambio climático.