El principal objetivo de la cumbre anual de la ONU sobre el cambio climático es que las naciones lleguen a un acuerdo de financiamiento climático para los países en desarrollo.
Los países se preparan para unas duras conversaciones sobre financiación y comercio en la cumbre anual de la ONU sobre el clima que comienza el lunes, tras un año de desastres meteorológicos que han envalentonado a los países en desarrollo en sus demandas de dinero para el clima.
Los delegados reunidos en Bakú, capital de Azerbaiyán, esperan resolver el principal punto del orden del día de la cumbre: un acuerdo de hasta un billón de dólares anuales en financiación climática.
Durante meses los países asistentes a la COP29 han negociado un borrador de acuerdo para fijar una nueva cantidad de ayuda que los países desarrollados, los que históricamente han emitido más gases de efecto invernadero, deben entregar a los países más afectados.
En 2009, en la COP15 de Copenhague, se acordó que los países industrializados entregarían 100,000 millones de dólares anuales, en ayuda directa o préstamos multilaterales. Ese volumen de ayuda se alcanzó con dos años de retraso, en 2022, y ahora los expertos afirman que se necesita como mínimo una cantidad diez veces superior.
Esa ayuda debe servir tanto para mitigar la emisión de gases de efecto invernadero, particularmente mediante una gigantesca reconversión energética mundial, como en la adaptación.
Una región como América Latina emite menos del 10% de gases de efecto invernadero, pero es una de las que más impacto sufre por el calentamiento del planeta.
La nueva meta de financiamiento climático, el principal reto de la COP29
En la COP29 se espera que los países establezcan una nueva meta de financiamiento climático, aunque las divisiones sobre su tamaño y alcance han frustrado las negociaciones.
Sin embargo, las prioridades de negociación de la cumbre compiten por los recursos y la atención de los Gobiernos frente a las preocupaciones económicas, las guerras en Ucrania y Gaza y la reelección la semana pasada en Estados Unidos de Donald Trump, un negacionista del cambio climático, como presidente de la mayor economía del mundo.
Además de la cifra de la ayuda y del calendario, las naciones deben ponerse de acuerdo en quién paga.
En 2009 el grupo de países que asumieron los 100,000 millones de dólares eran poco más de 30, y China se quedó fuera. Ahora la Unión Europea y Estados Unidos, entre otros, quieren que Pekín asuma parte de la factura, lo que se anuncia difícil.
China, el principal emisor de gases, cuenta con su propia agenda de ayuda climática. Y por otro lado domina grandes sectores de la reconversión energética, como los metales raros.
La propuesta china, presentada en nombre del grupo de países BASIC (Brasil, India y Sudáfrica), de rápido desarrollo, pedía que la cumbre abordara “medidas comerciales restrictivas”, como los aranceles sobre el carbono en la frontera de la UE, que entrarán en vigor en 2026.
Tres datos para mantener la esperanza antes de la COP29
Los esfuerzos en la lucha contra el cambio climático no son en vano y ya hay algunos avances que dan esperanza.
Estas preocupaciones se han visto agravadas por la promesa electoral de Trump de imponer aranceles del 20% a todos los productos extranjeros y del 60% a los productos chinos.
La Unión Europea, junto con la Administración del actual presidente de Estados Unidos, Joe Biden, han estado presionando a China y a los Estados petroleros del golfo Pérsico para que se unan al grupo de países donantes de financiación climática.
“Si la UE quiere hablar de financiación climática con China, si quiere hablar de Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional, parte de la conversación debería ser cómo resolver nuestras diferencias sobre comercio y sus aranceles”, dijo Li Shuo, director de China Climate Hub en el Asia Society Policy Institute.
En un año que va camino de ser el más caluroso jamás registrado, los expertos señalaron que los fenómenos climáticos extremos suponen un reto tanto para los países ricos como para los pobres: desde inundaciones en África, la costa española y el estado norteamericano de Carolina del Norte, hasta sequías en Sudamérica, México y el oeste de Estados Unidos. La mayoría de los países no están preparados.
“Nos encaminamos hacia la ruina. Y no se trata de problemas futuros. El cambio climático ya está aquí”, alertó en la ceremonia de apertura el presidente de la COP29, el ministro de Ecología de Azerbaiyán, Mujtar Babaiev.
El mundo tendría aumento de temperatura de 3.1°C sin acciones urgentes: ONU
“En todo el mundo, la población ya está pagando un precio terrible”, advierte la ONU. El aumento de temperatura traería diversas consecuencias.
“A menos que el mundo intensifique colectivamente sus esfuerzos, los efectos del cambio climático serán cada vez más graves y frecuentes y los sufrirá un número creciente de personas en todos los países, incluido Estados Unidos”, afirmó Kaveh Guilanpour, vicepresidente de estrategias internacionales de la organización sin ánimo de lucro Center for Climate and Energy Solutions.
Estados Unidos, el segundo emisor mundial de gases de efecto invernadero, podría volver a abandonar el Acuerdo de París que sostiene todas las negociaciones, como ya hizo Trump durante su primer mandato presidencial (2017-2021).
“Sin duda es un riesgo. La gente dirá: bueno, Estados Unidos es el segundo mayor emisor. Es la mayor economía del mundo. (…) Si ellos no se fijan un objetivo ambicioso, ¿por qué íbamos a hacerlo nosotros?”, dijo a Reuters Marc Vanheukelen, embajador de la UE para el clima de 2019 a 2023.