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El Ártico emite más carbono del que absorbe

  • Dic 16,2024
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El aumento de los incendios forestales incrementa las emisiones de carbono de esta región.Expeditions - Zodiac cruises through Antarctic iceberg landscape at Portal Point which is located at the entrance to Charlotte Bay on the Reclus Peninsula, on the west coast of Graham Land.

La tundra ártica está liberando los gases de efecto invernadero que tiene almacenados bajo su suelo helado desde hace milenios debido a los incendios que cada vez con más frecuencia afectan esta zona, dijo el martes la Agencia Oceánica y Atmosférica estadounidense (NOAA).

“Nuestras observaciones muestran que la tundra ártica, que está experimentando un calentamiento y un aumento de los incendios forestales, ahora está emitiendo más carbono del que almacena, lo que empeorará el impacto del cambio climático”, declaró el administrador de la NOAA, Rick Spinrad.

Este cambio se detalla en el Informe Ártico 2024 de la NOAA, que reveló que las temperaturas anuales del aire en la superficie del Ártico este año fueron las segundas más altas registradas desde 1900.

El calentamiento global tiene un doble efecto en el Ártico. Si bien estimula la productividad y el crecimiento de las plantas, lo que retira dióxido de carbono de la atmósfera, también provoca un aumento de la temperatura del aire en la superficie que provoca el descongelamiento del permafrost.

Cuando esta capa de hielo subterránea se descongela, el carbono atrapado por debajo es descompuesto por microorganismos y liberado a la atmósfera en forma de dióxido de carbono y metano, dos potentes gases de efecto invernadero.

El cambio climático provocado por el ser humano también está intensificando los incendios forestales en altas latitudes.

Medio ambiente

Los incendios forestales no sólo queman la vegetación y la materia orgánica del suelo, liberando carbono a la atmósfera, sino que también eliminan las capas aislantes lo cual acelera el deshielo del permafrost.

Según el informe, en 2024 se registraron en Alaska las segundas temperaturas más elevadas en esa capa de hielo subterránea.

Desde 2003, las emisiones por incendios forestales circumpolares han promediado 207 millones de toneladas de carbono al año, según la NOAA. Al mismo tiempo, los ecosistemas terrestres del Ártico siguen siendo una fuente constante de metano.

El 2023 fue el año de más incendios en la zona, debido a que “los incendios forestales canadienses quemaron más del doble que cualquier otro año registrado en Canadá”, declaró Brendan Rogers, coautor del informe, durante una rueda de prensa.

Los incendios emitieron casi 400 millones de toneladas de carbono, más de dos veces y media las emisiones de todos los demás sectores de Canadá juntos, añadió.

Por otra parte, 2024 fue el segundo año con más emisiones por incendios forestales dentro del Círculo Polar Ártico.

Presagio alarmante

Cuando se le preguntó si el cambio del Ártico de sumidero de carbono a fuente podría ser permanente, Rogers respondió que sigue siendo una cuestión abierta. Aunque los bosques boreales situados más al sur todavía sirven de sumideros de carbono, las regiones del norte son motivo de mayor preocupación.

“No cabe duda de que existe una variabilidad interanual”, subrayó. “Lo que estoy informando aquí es la condición promedio que hemos visto en un período de 20 años”, entre 2001 y 2020.

En reacción a la noticia, Brenda Ekwurzel, climatóloga de la Union of Concerned Scientists dijo: “La catástrofe climática que estamos presenciando en el Ártico ya está teniendo consecuencias para comunidades de todo el mundo”.

Opinión

Además de más cálido, el Ártico también se está volviendo más húmedo, y el verano boreal de 2024 será el más lluvioso jamás registrado. Esta tendencia acelera la erosión costera, y amenaza a las comunidades indígenas que dependen de la estabilidad del hielo para sus prácticas tradicionales de caza.

El aumento de las temperaturas también está afectando a la fauna, y el informe señala que el número de caribúes de la tundra ha disminuido en un 65% en las últimas dos o tres décadas, ya que el calor del verano altera sus desplazamientos y su supervivencia, junto con los cambios en las condiciones de la nieve y el hielo en invierno.

Sorprendentemente, sin embargo, las poblaciones de focas de Alaska siguen gozando de buena salud.

El informe no encontró impactos negativos a largo plazo en la condición corporal, la edad de madurez, las tasas de embarazo, o la supervivencia de las crías de las cuatro especies de focas de hielo -anilladas, barbudas, manchadas y de cinta- que habitan en los mares de Bering, Chukchi y Beaufort.

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