Costos, cargos a elegir, número de casillas o boletas, son factores que están en el aire para la elección judicial pendientes hasta que el Senado junto con el INE diseñen el proceso.
México entró este lunes a un nueva temporada electoral, ahora para elegir —por primera vez— a integrantes del Poder Judicial, pero esta vez sin el principal elemento de un proceso: la certeza.
El Instituto Nacional Electoral (INE) arrancó formalmente el Proceso Electoral Extraordinario 2025, pero sin que se sepan cuántos y cuáles serán los cargos a elegir; cuántas casillas o, en su caso, centros de votación se instalarán; cuántas boletas deberán marcarse, y sin conocerse el costo de esta elección mismo que, se estima entre los 8,000 y 9,000 millones de pesos.
De acuerdo a la Constitución, debe garantizarse que cada mexicano pueda emitir su voto, lo que obliga al INE a dos definiciones básicas: instalar un número suficiente de casillas de modo que todos los ciudadanos tengan una cerca y prever el tiempo suficiente para que puedan emitir su sufragio.
Si consideramos que al día de hoy son 98.3 millones de ciudadanos en Lista Nominal de Electores (LNE), mínimo tendrían que instalarse las 170,000 casillas que operaron en las elecciones federales el 2 de junio pasado, establece el politólogo Edmundo Jacobo Molina, quien durante dos 15 años fue Secretario Ejecutivo del INE y antes del extinto Instituto Federal electoral (IFE).
“Con ese número de casillas, el costo de una elección tendría que ser equivalente al de la elección pasada, ¿qué quiere decir esto? Si el INE presupuestó para la elección del 2 de junio pasado casi 9,000 millones de pesos, lo lógico sería pensar que el costo de esta elección de va a ser más o menos de ese orden”, anota.
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Sin embargo, señala que “puede ser más alto el costo porque esta elección va a ser más compleja” por el número de cargos sujetos a elección. En la elección pasada, se eligieron más de 20,000 cargos, pero estaban dispersos en distritos, circunscripciones y estados, de modo que cada ciudadano eligió pocos cargos.
Por ejemplo, en el caso de la Ciudad de México se eligió presidente, Jefatura de Gobierno, diputado federal y local, fórmula al Senado y alcalde, es decir, seis boletas. “En cambio la Reforma Judicial prevé la renovación de la mitad de todos los circuitos judiciales, por lo que podría haber hasta 20 boletas (según la entidad)”, explica Jacobo.
La consejera presidenta del INE, Guadalupe Taddei, prevé que sean 869 cargos sujetos a elección, sin embargo, como están concentrados por circuito judicial (son 32, uno por entidad) los ciudadanos elegirán a más titulares de esos órganos que autoridades gubernamentales o legisladores por los que haya votado en la elección pasada.
De acuerdo a los datos más recientes del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi) , en México hay:
270 Tribunales Colegiados de Circuito (TCC)
25 Tribunales Unitarios de Circuito (TUC)
39 Tribunales Colegiados de Apelación (TCA)
449 Juzgados de Distrito (JD)
41 Centros de Justicia Penal Federal (CJPF)
93 Tribunales Laborales Federales.
Un Centro Nacional de Justicia Especializado (CNJE)
Todos ellos –conforme a la Reforma Judicial vigente desde el 16 de septiembre– deberán tener renovación de la mitad de sus titulares, jueces y magistrados.
A estos se añaden nueve ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y dos magistrados de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), en ambos casos serán elecciones de carácter nacional, y en cada una de las cinco circunscripciones del país se elegirán a los nuevos magistrados de cinco salas regionales del mismo órgano jurisdiccional electoral.
Entre los factores que juegan en la definición de los costos de una elección, existen algunos que el INE puede determinar con facilidad, como el número de ciudadanos en la Lista Nominal, número de integrantes de las mesas directivas de casilla (presidentes, secretarios, escrutadores) y sobre y todo, el número de capacitadores electorales (CAES) y supervisores electorales (SE), mismos que deberán recorrer el país para convencer y capacitar ciudadanos para que funjan como funcionarios de casilla.
Esto en caso de que se mantenga el modelo actual en la regulación secundaria o en la Convocatoria a la elección, que deberá emitir el Senado a más tardar el 16 de octubre y que implica contratar más de 49,000 personas para capacitar, lo que haría más costoso del proceso electoral judicial. En la elección pasada, implicó la erogación de 4,800 millones de pesos, recuerda el exconsejero electoral del INE, Marco Antonio Baños Martínez.
“La sola integración de las mesas directivas de casilla es decir, la contratación de los CAES y SE y la notificación a los funcionarios de mesa directiva de casilla costó más de 4,000 millones de pesos. Sin contar la papelería y demás materiales que se utilizan en cada una de las mesas directivas de casilla, las urnas, las mamparas y otros”, señala.
“Seguramente será una elección novedosa, sí, técnicamente muy compleja para el INE, costosa, y un poquito inútil para la sociedad mexicana (…) podría acercarse a los 8,000 millones de pesos que han estimado algunos consejeros”.
Marco Antonio Baños, exconsejero electoral del INE.
Marco Antonio Baños, quien también fue director de Organización Electoral del extinto IFE, explica que se desconocen muchos factores para estimar cifras.
El exconsejero apunta los factores que podrían disparar aún más los costos están el número de cargos a elegir, que de acuerdo a la Reforma Judicial dependerá de los datos que aporte el Consejo de la Judicatura Federal (CJF) respecto a las vacancias, proceso de retiro, jueces, ministros y magistrados en funciones. De ellos la mitad deberán elegirse en 2025 y la otra mitad en 2027.
El segundo factor es el tiempo que llevará a cada votante emitir su sufragio. “Tengo la impresión que de acuerdo a la entidad habrá muchas más boletas y dada la gran cantidad de candidatos, quizá la elección sea como la planteó la secretaría de Gobernación, Luisa María Alcalde, quien el 20 de agosto en una mañanera presentó un modelo de boleta.
La secretaría de Gobernación, Luisa María Alcalde, explicó el proceso de selección para ministro de la Suprema Corte de Justicia en una conferencia matutina.
(Foto: Daniel Augusto/Cuartoscuro)
“Si le hacen caso, pues el ciudadano tendría que anotar el nombre de las personas por las que se vota en la parte frontal de la boleta, porque en la parte del reverso aparecen los listados (de candidatos) que propone cada uno de los tres poderes, entonces es un tema sí de mucha complejidad”, refiere el exconsejero.
De ser así, añade Baños Martínez, “se tiene que analizar el tiempo en el cual los electores podrían ejercer su derecho de voto. En su caso, si es que van a escribir cada nombre, es implicará más tiempo para votar y eso podría impactar sin duda en el número de las casillas y por ende en el costo”.
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Para Fernando Miguez, oficial judicial del décimo Tribunal Colegiado de Trabajo del primer circuito y uno de los voceros del movimiento que realizan trabajadores judiciales en contra de la reforma, los legisladores “no tienen conciencia de lo que aprobaron y lo complejo y costoso que será la elección”.
“Nada más en el Palacio Judicial de San Lázaro, es decir el Primer Circuito con sede en la Ciudad de México, son 73 órganos jurisdiccionales, cada uno de tres integrantes. Si por cada uno de ellos se va a escoger una terna, son 219, nada más de San Lázaro, si sólo se elige a la mitad serían unos 110 (candidatos)”, expone.
Además, añade Miguez, están los Tribunales laborales donde son 16 cargos; los de materia civil son 17; nueve juzgados laborales; 14 juzgados civiles, dos auxiliares, más dos de extinción de dominio. “Los números se rebasan aunque fueran a elección sólo la mitad pues sólo el 50% de estas posiciones mencionadas implicaría 27 cargos, es decir 27 boletas, una por cargo”, explica.
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El número de cargos a elección, como se dijo, no sólo complejizará el proceso sino que tiene impacto directo en el costo de la elección.
Edmundo Jacobo, indica, que el INE ha calculado que cada casilla tenga 750 boletas, pues es el número de ciudadanos que tendría tiempo suficiente para emitir su sufragio a lo largo de las 10 horas en que permanece abierta una casilla, de 8 de la mañana a 18 horas.
“Se calcula a un ciudadano le lleva más o menos un minuto y medio si es que llega con claridad de por quién va a votar y en ese caso le llevará ese tiempo ya en la mampara, para marcar su selección; en la elección judicial, para poder hacer la elección como se está previendo en un solo día tendría que duplicarse el número de casillas y aun si creo que podría ser muy tardado”, advierte.
Es decir, cabría la posibilidad de que no fueron 170 sino 340 las casillas o centros de votación, cada uno con varias casillas, para garantizar que los ciudadanos tengan tiempo suficiente para emitir su sufragio. A mayor número de casillas, más costo.
Lo ideal es que el ciudadano tenga tiempo suficiente para emitir su voto en libertad pues de lo contrario, con menos casillas, sin información y apresurados, ¿dónde quedaría el principio fundamental y el derecho del ciudadano de emitir un voto informado?
Datos de organizaciones de la sociedad civil como Fundación para la Justicia, estiman que un ciudadano tendría que destinar media hora en votar en las elecciones judiciales que se proyectan, debido a la complejidad y número de los cargos a elegir.
Por ello cabe incluso la posibilidad de, si no hay más casillas, se extienda el horario de votación.
Para abatir costos incluso ahora el INE habla de quizá instale “centros de votación” y no casillas, es decir, podría concentrar varias casillas en un solo lugar, con tal de que, en caso de alta afluencia ciudadana, se garantice tiempo para poder emitir el sufragio. Sin embargo, la logística para el cómputo también será compleja como para que se tuvieran resultados el mismo día.
“Lo vimos en estas elecciones pasadas habiendo solo seis cargos a elegir nos tardamos cerca de dos horas y media para votar. Todos vimos las colas que se formaron en las casillas, imagínate ahora cuando vas a ver en la boleta un sinnúmero de candidatos que no sabes ni quiénes son ni quien es más capaz, ni quien es el bueno”, indica Miguez, vocero de los trabajadores.